jueves, 28 de enero de 2010

USO LEGÍTIMO DEL ARMA DE FUEGO. JUICIO

  Se reabre de nuevo entre los compañeros este tema tan polémico como es el “Uso Legítimo del Arma de Fuego”, con motivo de la celebración del juicio en el que se ve inmerso nuestro compañero Francisco José Cano, los días 29 de enero, 1 y 2 de febrero a las 9:30 horas, por lo que os animo a todos desde aquí a que asistáis a la manifestación pacifica en su favor, que tendrá lugar estos días frente al Palacio de Justicia de Murcia.
  Muchos de nosotros ya asistimos a la concentración celebrada el pasado mes de diciembre ante la puerta del consistorio de Ceutí (Murcia), a la que asistieron un millar de personas, para mostrar nuestro apoyo a este Policía Local de Ceutí acusado de un delito de homicidio por la muerte de un disparo de un hombre que se le enfrentó (el fiscal pide 11 años de cárcel), será juzgado por un jurado popular en la Audiencia Provincial de Murcia.
  “Quienes conocemos a Fran sabemos que es una persona incapaz de hacer daño a nadie, que se trata de un gran profesional que ha hecho del dialogo y la tolerancia sus herramientas y sus argumentos, que es un gran compañero, un gran amigo y un gran padre de familia. Sabemos que es una excelente persona que por desgracia se vio en el centro de una situación en la que ninguno quisiéramos estar nunca, que tuvo que reaccionar ante una situación extrema. Y sabemos que no es un asesino, ni un homicida, porque si desgraciadamente ese día murió una persona no es menos cierto que gracias a él se salvaron otras tres: su compañero, él mismo y la mujer a la que estaban auxiliando.”
  Ahora nuevamente y mas que nunca necesita que le mostremos todo nuestro apoyo. Es necesario que todos lo arropemos y unamos e intentemos que se sienta querido. “Que el Jurado Popular que lo juzga tenga presente que no se trata de un criminal, sino de una persona querida por todo el mundo”.

DESDE AQUÍ REITERAR NUEVAMENTE NUESTRO MAS SINCERO APOYO.


por José Jiménez Ortiz


 

domingo, 10 de enero de 2010

BALISTICA FORENSE (I). INICIOS

    El primer intento con éxito del que se tiene constancia es al descubrirse al autor de un crimen realizado con un arma de fuego, en el siglo XIX. En 1835, Henry Goddard, al observar un proyectil extraído del cuerpo de la víctima de un asesinato, se percató de la existencia de una llamativa protuberancia en la misma. En aquella época las Armas de Fuego eran de avancarga y los tiradores habitualmente hacían mediante un molde sus propios proyectiles con plomo fundido, nuestro avezado investigador pensó que si encontraba el molde encontraría al asesino. Con esta idea, Goddard comenzó a registrar las casas de los sospechosos, en la casa de uno de ellos nuestro avezado investigador pudo observar claramente que en el interior del molde había una pequeña hendidura. Utilizando este molde procedió a fabricar un nuevo proyectil (testigo), y este proyectil obtenido lo comparo con el que se extrajo anteriormente del cuerpo de la victima (dubitado), comprobando que los abultamientos de ambos proyectiles eran idénticos sin lugar a dudas, lo que hizo que posteriormente el asesino confesara su crimen. En Alemania, 1898, el Dr. Paul Jeserich, asistió en calidad de experto al tribunal de la ciudad de Neuruppin en un caso de asesinato. Realizó un disparo de prueba, fotografió los dos proyectiles, el extraído del cuerpo de la victima (dubitado) y el obtenido mediante un disparo con el Arma (testigo, muestra o acriminado), amplió las fotos y comprobó que las lesiones dejadas por las estrías y los campos del ánima del cañón en el "proyectil testigo" eran idénticas a las que tenía el "proyectil dubitado", confirmando la teoría y pudiendo castigar al culpable. En el siglo XX, Richard Kockel, siendo director del instituto forense de Leipzig, efectuó las primeras pruebas del "desarrollo" del cuerpo de un proyectil realizando negativos del mismo en láminas de cera y óxido de cinc. El Profesor Balthazard se dió cuenta que en el culote de la vaina existían una serie de marcas y que éstas eran producidas al incidir sobre él, la aguja percutora (3) en el momento del disparo. También el bloque de cierre (1) producía lesiones en el culote del cartucho, e incluso la recámara, la uña de extracción (2), y el expulsor dejaban marcas características en la vaina. Pero a causa del comienzo de la I Guerra Mundial estas investigaciones fueron abandonadas. Charles E. Waite, uno de los más grandes pioneros de la Balística Forense, empezó a visitar las fábricas de armas más importantes de los EE.UU. y posteriormente las europeas, solicitando los datos exactos de las características de las armas que fabricaban. A finales de 1923, después de cuatro años de viajes e intenso trabajo descubrió que no había ni un solo modelo que fuera exactamente igual a otro, había diferencias en los calibres, en el número y orientación de las estrías, (orientadas a izquierda “levógiro” o a derecha “dextrógiro”), y sus ángulos de torsión podían ser distintos. Realizó un catálogo técnico de la mayoría de las armas existentes en aquella época, pero hacía falta encontrar unos "caracteres individualizantes" que permitieran distinguir armas del mismo tipo, marca y modelo. Teniendo en cuenta que el proyectil al pasar por el ánima del cañón sufre dos tipos de lesiones: las primeras causadas por las estrías del ánima, que en el proyectil se convertirán en campos, y las segundas causadas por los campos del ánima, que darán como resultado las estrías en el proyectil, podemos decir que el proyectil, después de recorrer el ánima del cañón, se convierte  en  el negativo  de  éste.  
A Waite se le unieron el físico John H. Fisher y el químico y gran especialista en microfotografía Philipp O. Gravelle. Gracias a esta unión nació en Nueva York el primer Instituto de Balística Forense del mundo. En 1925 a Gravelle se le ocurrió la idea que daría a la Balística uno de los fundamentos científicos más importantes, unió dos microscopios mediante un dispositivo óptico por el cual se podían observar dos proyectiles juntos en una sola imagen y lograr que ambos giraran para que se pudieran comparar viendo las coincidencias y diferencias que hubiera en los mismos. Al equipo de Waite se unió el doctor Calvin Goddart que siguiendo el camino iniciado por el profesor Balthazard, en la primavera de 1927, en el proceso Sacco-Vanzetti dio a conocer sus observaciones, realizando con ellas un dictamen modélico en la historia de la Balística Forense.
    La Balística Forense es la ciencia que estudia los fenómenos que ocurren en el interior del Arma durante el proceso de disparo de un proyectil (Balística Interna); de su trayectoria desde el momento que abandona la boca de fuego del Arma hasta el lugar de impacto (Balística Externa); la recolección, clasificación y embalaje de pruebas o vestigios en el lugar del suceso (Balística de Campo); la comparación de las pruebas dubitadas encontradas con las Armas o proyectiles testigo, muestra, acriminados o indubitados, para determinar su coincidencia (Balística Comparativa); y los efectos producidos en el organismo durante el recorrido o trayectoria del proyectil en el mismo, la distancia del disparo, y la etimología del mismo si es un suicidio, asesinato, accidente (Balística Médico Legal); la trayectoria que sigue el proyectil y los diferentes puntos de impacto, la forma y lugar de impacto, la superficie y demás características de interés, fragmentación, deformación, rebotes... hasta que el proyectil se detiene (Balística Terminal o de Efecto); al igual que las formas y características diferenciadoras de las Armas de Fuego y sus municiones para su identificación (Balística Identificativa). Algunos autores la dividen en tres ramas, Balística Interior, Balística Exterior y Balística Terminal o de Efectos, englobando dentro de éstas al resto.


                                                                                        por José Jiménez Ortiz


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